Porque lo que no se nombra no existe, propongo sacar al maternaje del armario laboral e incluirlo en nuestros currículos; propongo abandonar el maternaje desde el silencio y nombrarlo, nombrarlo y nombrarlo...
"Lo importante no es oponernos por la maternidad u otros temas, sino escucharnos, respetarnos, en un espacio donde aprendamos unas de otras. Y, sobre todo, que nos permitamos, sin juzgarnos, hablar de lo que nos dé la gana, ya sean niños, pañales, platos sucios, amores desvencijados, caminos perdidos, búsquedas emprendidas..."