Poemas de Sandra Lario

Poemas de Sandra Lario

 

El llanto del mundo

 

I

Mírate las manos, Europa
hay sangre que te escurre entre los dedos
cayendo en la arena junto al cuerpo de un niño
de dos niños
de cien niños
de sus padres
El mar escupiendo cadáveres en la orilla
del mundo con el que sueñan
cuando aún pueden soñar
sin tres litros de agua con sal en los pulmones
sin plomo en los párpados
sin quietud en las venas

Mírate las manos, Europa
están llenas de alambradas que no hieren tu piel
pero mutilan las almas de quien llamas extranjero
Extranjero quién en esta tierra de nadie
en este trágico baile
donde la pista es un campo minado
que va explotando a nuestros pies
cada vez que un cuerpo se desploma
sin escuchar su aullido
mientras seguimos bailando

Mírate las manos, Europa
las que erigen zanjas en la tierra
como si fueran arquitectos delineando el mundo
o dioses moviendo fichas
y tirando peones por la borda del tablero
las que arrojan vidas fuera de los trenes libertad
las que mueven los hilos de títeres uniformados
que hacen de su cuerpo frontera
ante la muchedumbre

Deja de mirarte las manos, Europa
y muévelas hasta que sangren
haz de ellas pateras que no encallan
vidas que continúan

 

II

Qué cree el ser humano que alza diques
en las propias entrañas de la tierra
si él mismo es un migrante milenario
que camina sin dejar huella en la arena
Cuándo olvidó el hombre su continua trashumancia
por las sendas gastadas del mundo
para ahora vallar los caminos
que llevan a aquello que llaman “su tierra”
Cuándo se estipuló que la naturaleza
pudiera encadenarse a posesivos
que destruyen la esencia de su ser
Es sólo una forma más de colonialismo
que ahora se gira para escupirnos en la cara
para llenar de ácido las tazas de café europeo
sacado de los campos explotados
y regado con sangre de quien vivió arrodillado
ante la sumisión racial

La historia es un tornado que siempre vuelve
La historia es un volcán dormido
y Occidente tapa su boca con bloques de hormigón y litros de petróleo
La historia es lo único que quedará en pie
cuando los campos estén yermos
y las manos se agrieten
cuando el hombre sea un cuerpo agazapado y desnudo
a la luz del mismo sol
que brilla en el interior
de todas las fronteras
cuando el ser humano deje de ser un autómata
que llora cuando le dicen que debe llorar
y sepa gritar justicia
reventando el tímpano de quien la incumple
Puede que entonces
cuando todos los fusiles se encharquen
al fondo del mar que cruzan los que huyen de ellos
cuando el rojo de los campos sean rosas
y no miles de cuerpos rotos
el hombre
migrante milenario
sea alma y no frontera

 

 

III

Todos los días veo desfilar una sucesión de cuerpos
como ángeles negros caídos del cielo
como fardos de paja arrojados al mar
hundiéndose como bloques de cemento

Han muerto cien civiles en Israel
Occidente está haciendo café

Han explotado cuatro bombas en Siria
Europa apaga la televisión

Dos niños delgados y sucios
rebuscan con sus manos desnudas
en la basura india
Nuestro lado del mundo prepara la cena
es tarde

En la frontera húngara
la policía ha rociado con gas pimienta
a los refugiados
¡a dormir!
tú tienes un colchón y un techo
sobre el que no caen bombas
ni se oye el cielo quebrarse
cierra los ojos
los disparos no te alcanzan
el terror no es ese monstruo que te abraza por las noches
en un campo a cielo abierto

Todos los días veo una sucesión de fotografías
que desfilan entre los posibles rostros
que invadirán el papel de occidente
mientras desayunamos mañana

Me despierto y sólo hay
reyes
políticos
futbolistas
diplomáticos

a veces hay niños clavados en la arena
y en el pecho del mundo
cuando las manos de este teatro de marionetas
deciden mover el hilo de las conciencias
un poquito
solo un poquito
no queremos revoluciones
no hagáis ruido
el orden mundial duerme

 

 

 ∴

Sandra Lario. (1993, Zaragoza) Periodista y fotógrafa, trato de mostrar el alma y el rostro de nosotros mismos a través de la palabra y la imagen. He trabajado en varios medios de comunicación y formo parte del equipo que construye, cuida e impulsa la revista cultural Zero Grados. Soy autora del poemario Subterfugio (Editorial Estrellas Fugaces, mayo de 2016) y organizadora del evento poético semanal Noches de Poemia, en La Bóveda del Albergue de Zaragoza. Concibo la poesía como un refugio, un camino que transitar y una forma de habitarse y deshabitarse. La palabra es la única forma de sangrar cuando la herida está abierta.