Poemas de Eric Doradea

Poemas de Eric Doradea

 

Poetas enemigos

Porque antes, muchísimo antes que poetas
somos hombres.
—Roque Dalton

Queremos poetas que canten la vida y la muerte
que sientan el dolor del prójimo
porque ellos son el prójimo
que lloren el dolor de un árbol
porque ellos son el árbol.

Poetas que nos hagan perder equilibrio 
aumenten presión sanguínea 
desarmen y nos vuelvan a armar
poetas que llamen con otros nombres a las estrellas
que nos duelan como Vallejo
que nos alegren como Whitman
que demuestren que la Poesía es infinita
y afirmen que los besos van a salvar el mundo.

Queremos poetas que se tarden meses
para encontrar esa palabra que va a cerrar el verso
poetas que celebren 
esa palabra que hizo grande el verso
poetas que transformen pasibles islas
pezones dormidos en ardientes volcanes
que su palabra sea clave 
embriague y nos haga gigantes.

Necesitamos poetas enemigos
de quienes hacen la guerra
y ven caer los muertos
enemigos de quienes controlan
y privatizan la ternura
poetas francotiradores 
memoria, guillotina
que derrumben torres de marfil
y abran callejones que no tienen salida,
necesitamos poetas que no sean llave
sino dinamita contra la puerta.

Queremos poetas descarnados
que estallen en locura
que conozcan el rito y lo practiquen
que conozcan el rito y lo trasgredan 
que nos hablen de la rebelión robótica
a la que nos enfrentaremos cuando las maquinas
se cansen de la mediocridad de los hombres
que nos hablen del abuelo que se hizo vasija para vencer el tiempo
de la inteligencia artificial como inteligencia artificial 
de las nanotecnologías como peste del siglo XXI
poetas que recuerden que una máquina jamás llorará con un poema
y que una flor no siempre es una flor.

No queremos poetas neutros
desganados, envueltos por la tibieza.
Queremos poetas enemigos 
que atesoren tornados en su pecho 
que su lengua no se sostenga solo en la palabra
sino también en el sexo 
poetas desnudos
que sean laberinto
que no callen
que no callen
que nos digan que la espera es insuficiente 
cuando hay amor. 

 

 

Los que se quedan

Toda muerte me desvanece
me niega
me destruye
golpea la cara para ver si estoy vivo
me ignora
me desvanece
no la soporto,
me vomita las manos
escupe en los ojos
me cierra la boca
sangra mis rodillas
destroza el tracto digestivo
consagra la tristeza.
Son otros los que se van
los que no están
los que no regresan
los que dejan llanto empozado en la piel,
son otros los que se van
los que no querían irse
y terminan caminando de espaldas
marchitando lo que pisan
negando reposo y tranquilidad,
son otros los que se quedan
los que lloran azorados
desesperados por la lentitud del tiempo
y lo pesado de la ausencia,
muerte que no duele se olvida
llanto que no consuela traiciona
amor que no abraza desespera
la muerte no la llevan los que se van
sino los que se quedan.

 

 

A pesar de la mentira

En ti creció mi corazón.
—Jaime Sabines 

A pesar de toda esta mierda quiero vivir
creo que tu cuerpo es casa 
y quiero estar adentro de vos,
a pesar de los uniformes militares 
continuo pensando que el vuelo de las mariposas es hermoso
y que un batir de alas pueden llevar a otros mares.
A pesar de la muerte 
pienso que la vida…
a pesar de toda esta mierda
se que la lluvia hace florecer los campos
que una sonrisa da más luz 
que una iglesia en llamas.
A pesar de la mierda
todavía quedan hombres que lloran,
que se quitan el pan de la boca
para saciar el hambre de otros,
que no callan ante un árbol cortado
que entendieron que la vida se vive de pie
y nunca arrodillado. 
A pesar del catecismo me declaro ateo
a pesar del último orgasmo no quiero dejar de sentir,
a pesar de los fármacos 
creo que las plantas curan de la muerte,
a pesar de la polución
quiero ver tus ojos claros y tu cuerpo desnudo.
A pesar de la mentira 
y que la muerte se cague en mi ventana
quiero escuchar el latido de tu corazón
como pájaro por la mañana.

 

 

Tiempo inquieto, mundo inquieto

Llegamos al mañana con desequilibrio
espantados por nada, obligados por todo
llegamos a la muerte sostenida y generalizada
a la extinción diaria de una especie
de una lengua, de una galaxia.
Llegamos neutrales al exterminio de lo que fue
conmiserable celebración de lo que pudo ser,
el mundo tiene silencio en la boca
dolor, angustia de todo
estamos en la frontera de la muerte
tierra baldía, falsedad, hipocresía de todo
ha llegado la peste con sus fachas
putrefacta, cotidiana, hedionda de todo
la mierda con electrones, en megabytes
saludable desesperanza de todo,
es la cultura de la post miseria
es el tiempo de la despasión
tiempo inquieto, mundo inquieto.

Llevamos la gravedad de los muertos sobre nuestro peso
la quietud de los vivos sobre nuestros muertos,
es tiempo de barbarie o muerte
del cinismo, del canibalismo cibernético
es el tiempo del amor en píldoras
de todo tiempo pasado fue mejor,
llegamos al mañana con desequilibrio
espantados por nada obligados por todo,
tiempo absurdo tiempo de guerra
de morir en cualquier momento, en cualquier lugar
tiempo inquieto, mundo inquieto.

Cinco mil años han pasado
años más, años menos
hemos parido millones de veces el exilio
millones de veces el dolor,
que los residuos nucleares descansen donde puedan
las emisiones radioactivas donde quieran
calmos viajamos a la velocidad del silencio
azorados viajamos a la velocidad de la mierda,
es tiempo para el mensaje binario y no para la palabra
del chip y no de la memoria
de la soledad y no de los encuentros,
llegamos al ahora con desequilibrio
olvidando, olvidados a nuestro exterminio
es la cultura de la post miseria
es el tiempo de la despasión
de la clausura de todo
del ánimo muerto
de la emoción digital
tiempo inquieto, mundo inquieto. 

Necesitamos del brío del ejercicio del amor
del canto que levantó muertos
cuando todo parecía perdido
desandar caminos y volverlos a andar
estamos en tiempos de soberbia
y en tiempos de soberbia hay que hablar de amor
hay que hablar en tiempos de soberbia
de la pasión de los cuerpos desnudos
del fuego que dio vida a los abuelos
Poesía torrente claro que enamoró a nuestros padres
llegamos a tiempos de ataque y no de defensa
estamos en tiempos de soberbia
y en tiempos de soberbia hay que hablar de amor.

 

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Eric Doradea. Poeta, editor y gestor cultural. Nace el 10 de julio de 1982 en el departamento de San Salvador. Graduado en Ciencias Jurídicas por la Universidad de El Salvador, tiene estudios de maestría de la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas. Miembro fundador del Círculo Literario de la Rosa Negra y fundador del Colectivo Tzunejekat; cultiva ensayo, poesía y cuento corto. Se dedica a la   investigación, revitalización de la cultura y de la lengua Náhuat Pipil, ha publicado: Antología Poética del Círculo de la Rosa Negra 2012, De laRABIApura y la certeza breve antología 2014, Siete maneras de responder a un Golpe, antología 2014. Ha participado en festivales de Poesía en Nicaragua, Guatemala, Honduras y en el Festival Internacional de Poesía en Voz Alta organizado por Casa del Lago Juan José Arreola, UNAM, México 2014.

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