Otra mirada al filme César Chávez

Otra mirada al filme César Chávez

El corrido de “César Chávez” cantado por Los Tigres del Norte recuerda la lucha del líder campesino. Desde la primera estrofa arranca con las siguientes palabras: “No había quien defendiera al campesino, / ni al más mínimo derecho conseguía, / de las actas laborales excluidos, / su derecho como humano no existía. / Y aunque no quieras, / creer querido amigo, / esto sucedió, / en los Estados Unidos”.

El viernes pasado en teatros por toda la nación debutó la película que intenta inmortalizar al ya inmortal organizador campesino que inesperadamente y sin proponérselo fue visto como la chispa que dio luz al Movimiento Chicano de las décadas de 1960 y 1970. Sin quitarle crédito al intento de la película, a mi parecer, quedó corta al caer en la trampa del cine a la Hollywood, en donde sin saber o sabiendo realzan al individuo pero se quedan cortos en el relato colectivo. Y luego para cerrar con broche de oro lo minimaliza a un conflicto entre padre e hijo en una especie de complejo de Edipo que se queda sin resolver. El hijo está más a gusto jugando golf que participando en las luchas de su padre para luego reclamarle que “la lucha por gente que ni conoce es más importante que su propio hijo”.

A mi parecer la comparación sería más adecuada con la canción de 1968 “Juan sin Tierra”, que reza: “mi padre fue peón de hacienda, y yo un revolucionario, / mis hijos pusieron tiendas y mi nieto es funcionario… / Gritó Emiliano Zapata quiero tierra y libertad y el gobierno se / reía cuando lo iban a enterrar”. No nomás se ríe el gobierno de César Chávez después de muerto sino el mismo Obama abrió la cancha con un premier en la casa blanca. El Deportador en Jefe quiere cobertura política para seguir deportando gente, puesto que la película también justifica la deportación de los campesinos utilizados por los rancheros para quebrar la huelga.

La película tiene más escenas promoviendo la cerveza Budweiser que al mismo César. No falta ocasión para ver a los campesinos o a los organizadores empinándose una Bud. Es un intento descarado de la cerveza de la familia McCain de quebrar el boicot que tanto dinero les ha costado en Arizona. Y como ya se sabe, el dineral que la Budweiser le ha dado a la Fundación César Chávez es cuantioso. La Budweiser tuvo presentaciones en varias ciudades incluyendo Austin y Hollywood donde se presentaron los artistas y el mismo director junto a miembros de la familia. A Paul Chávez, el hijo menor, la Budweiser le otorgó un cheque por 15 mil dólares en una de las presentaciones. Es vergonzoso ver como el luchador incansable contra la injusticia es utilizado después de muerto para promover la injusticia por parte de una compañía cervecera que el propio César hubiera boicoteado, como lo hizo con la cerveza Coors y los vinos Gallo. Que dicho sea de paso en la película no fueron nombrados por su nombre.

Que quede bien claro: César Chávez fue un gran luchador incansable por los derechos del campesino, sin proponerselo fue el líder espiritual del Movimiento Chicano, pero él sería el primero en pedir por el boicot de la Cerveza Budweiser que aparentemente fue un gran contribuidor a la Fundación César Chávez. Y nomás para estar bien claros, César Chávez nunca promovió la cerveza como vehículo organizativo. Él promovió la disciplina personal y dar el ejemplo. Él sabía muy bien que los campesinos no respetaban líderes charros o borrachos y mucho menos esquiroles (quiebra huelgas).

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Salvador Reza. Phoenix, Aztlán. Organizador en Arizona con los Comites de Defensa del Barrio y Tonatierra. Ha sido activista desde el Movimiento Chicano en la década de 1960 y ha sido instrumental en la lucha de Arizona por los derechos de los Pueblos Indígenas y contra el racismo en Arizona encabezado por el Sheriff Joe Arpaio. 

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