Julio Scherer García (1926-2015)

Julio Scherer García (1926-2015)



Cae un grano más de la mazorca

 

Con la ausencia de Julio Scherer García (1926-2015) cae un grano más de la mazorca que formaba el México intelectual —entre luchón y oportunista, entre valiente y pragmático, entre priista y lo que toque—, que varias generaciones de mexicanos reconocíamos como nuestra vida intelectual. En menos de un lustro, se fueron Carlos Monsiváis, Vicente Leñero, Emanuel Carballo, Gerardo Deniz, Carlos Fuentes… y ahora don Julio. Con él se fue una era del periodismo mexicano, él fue el gran maestro de ese momento mexicano a caballo entre vivir de lleno a expensas del “ogro filantrópico” mexicano y empezar a inventar la crítica libre, investigada e incómoda. A partir del pleito en Excélsior en 1876, Julio Scherer optó por salir del juego que todos jugaban y se convirtió en el pionero del nuevo periodismo y del nuevo México que estaba surgiendo.

En México y en Estados Unidos todo tipo de voces lamentan la perdida de don Julio y alaban, como es debido, sus grandes virtudes. Y yo con ellos. Pero cuando la historia del siglo XX mexicano sea realmente escrita, cuando tengamos una verdadera historia de los intelectuales en el México de los siglo XX, lograremos poner en perspectiva a nuestros grandes maestros. No perderán grandeza, pero soltarán tanto lastre de buenismo y de mitos. Julio Scherer fue el gran maestro del periodismo crítico mexicano; es más, seguramente fue indispensable en el logro de una verdadera libertad de prensa, pero no fue el caballero solitario y suicida, siempre en contra siempre del Estado priista. Tampoco fue un desclasado que desde lo más babo se fue abriendo camino en las trincheras del periódico Exélsior. No. Fue un heredero de grandes fortunas y familias mexicanas, un rebelde en su mundo, que abandonó la Escuela Libre de Derecho para dedicarse al periodismo, en el cual por mucho años brilló como gran maestro de aquel estilo priista de relaciones entre poder e intelectuales, ese del “I hate you, love you, hate you, love you…”, y pagados. Un postrero pleito con Luis Echeverría en 1976, la terrible crisis económica, y la lucha de distintos sectores por una apertura democrática, lo lanzó a la aventura de Proceso y de ahí a inaugurar un nuevo periodismo mexicano. Su contemporáneo, Jacobo Zablusdovsky, fue por años la voz del régimen a través del concubinato del monopolio televisivo y el Estado. También en el caso de Zabludovsky un pleito de personalidades, lo embarcó en un nuevo periodismo. A Scherer le debemos el aprendizaje en la crítica, la búsqueda, la investigación, la denuncia. Nadie le quitará eso. Pero no es que a Zabludovsky no debamos nada, no obstante su largo servicio al más absoluto, anti-democrático y autoritario uso de los medios. A él, la radio y la televisión mexicana, deberán mucho de su profesionalización y peculiar estilo.

Lloremos, pues, las pérdida, que nos vamos quedando —al menos los de mi generación— huérfanos del México en que crecimos, el que entendíamos. Honremos a nuestros mayores y maestros. Pero no hagamos lo que ese México nuestro solía hacer: demonizar o canonizar, a según sea el sapo la pedrada.

 

Mauricio Tenorio. Profesor de historia, lenguas y literaturas romances de la Universidad de Chicago y profesor Asociado, Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE), Ciudad de México.

 



El Imprescindible

 

En los tiempos de alta peligrosidad que viven los periodistas y el sistemático ataque a la libertad de expresión, extrañaremos la calidad moral e incorruptible de Julio Scherer García, el mejor reportero y periodista de México en los últimos 50 años.

Por definición, Scherer se destacó por ser un tenaz perseguidor de la verdad, y se valió de este instrumento para dibujarnos la radiografía de un México de contrastes de los que Scherer supo tomar nota, para luego entregarnos brillantes piezas periodísticas.

Desde su trinchera en la revista Proceso, fué dando cabida a un nuevo periodismo. Desde ahí, supo conjuntar a muy talentosos reporteros que pronto se destacaron desarrollando un alto nivel de periodismo informativo.

Su deceso es una enorme pérdida para el periodismo y para México. Lejos de los reflectores, y renuente a las entrevistas, este baluarte de periodismo inició su incesante carrera en el diario Exelsior del que llegaría a ser director. Es a juicio de muchos la mejor etapa de este diario bajo la conducción del nuevo y habilidoso hombre orquesta. Durante su estadía en este periódico, Scherer canceló una mediocre etapa en la prensa mexicana para dar paso a un refrescante periodismo que avivó el interés de los lectores. De igual forma, da cabida al gremio de escritores y destacados intelectuales, a los que invita a transformar la vida política y cultural del país.

Por definición Julio Scherer es: arrojo, honestidad , agallas y un largo aliento que cobijó al naciente periodismo. Fué merecedor, a lo largo de su impecable paso por las letras, de importantes reconocimientos de universidades y organismos internacionales de derechos humanos.

Su obra abarca distintos géneros periodísticos que van de la entrevista a la crónica y al reportaje. Nada define mejor a un periodista que la honestidad en su quehacer, y eso es lo que siempre distinguió a Julio Scherer en su extensa trayectoria informativa.

Tuve la fortuna de conocerlo en 1989 en su oficina de Fresas # 13 en la Colonia Del Valle. Debo confesar que me sorprendió su generosidad y trato franco y amable, y como si me conociera de toda la vida, me abrió las puertas de Proceso y a través de él conocí a un excelente grupo de reporteros con los que he mantenido una sólida amistad.

Una pesada carga periodística espera a los colegas de la revista Proceso. Sabemos de antemano que el legado de Scherer se mantendrá inalterable para que los lectores se asomen a ver la realidad mexicana.

Notable e incorruptible, Julio Scherer García fue —para muchos políticos y presidentes— un periodista incómodo al que nunca lograron doblegar. Proceso como lectura imprescindible y sus 22 libros son el referente para quién quiera conocer mejor la vida de un baluarte del periodismo.

El mexicano de a pie que conoce muy bien la desigualdad y precarias circunstancias del sueño mexicano, a partir de hoy dirá “que buen periodista y ser humano fue Julio Scherer”.

 

Admiración y respeto.

Descance en Paz, Don Julio.

 

Alfonso Hernández. Locutor independiente afincado en Chicago.

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 Despedida a Julio Scherer desde el extranjero: Antonio Zavala, Febronio Zatarain, Julio Rangel, Raúl Caballero, Flavia Rodríguez, Luis F. Soto