Fermina como Dios la trajo al mundo

Fermina como Dios la trajo al mundo

 

Al desnudo, de Fermina Ponce
Editorial Oveja Negra LTDA, 2013, 82 páginas, $14.23, ISBN: 978-9580613435

 

Fermina Ponce afirma que nació en la poesía y eso mismo es lo que ‘pare’ en su poemario Al desnudo. Trato de imaginar lo que es ser producto de tantas emociones y sentimientos, lo que es ser un poeta de tiempo completo, lo que es tener la valentía de ‘encuerarse’, de arriesgarse y enseñarle al mundo las entrañas. Me da envidia. ¿Cuántos no somos poetas de clóset? 

En Al desnudo, Fermina aborda el amor, el desamor, los celos, los anhelos de los amantes complicados, los secretos, el exquisito ‘schadenfreude’ de ver a su amor regresar derrotado. Hasta la anatomía del ser amado la inspira y escribe ‘sobre su hombro derecho’ donde imagino que descansa su cabeza después de hacer el amor. 

Fermina es compleja y esto se hace patente en su poesía. Uno debe dejar de pensar en el romanticismo de Neruda y Benedetti, en la fineza de Gabriela Mistral, en el salvaje erotismo de Gelman. Detrás del dulce canto de sus palabras, hay brutalidad. Es ruda. Al desnudo es un reto para el lector pues hay que imaginarse al oferente, a la poeta, ponerse en sus ‘zapatos’ (una de las cosas a las que le expresa afecto en el poema del mismo nombre). El lector debe imaginarse en cueros, vulnerable, roto. Como lo ha expresado la autora, ‘la vulnerabilidad me ha hecho fuerte’.Y eso se refleja en sus versos.

Al desnudo, más que un poemario, es una colección de observaciones, emociones y sentimientos con las que el lector se identificará si alguna vez ha cruzado una mirada cómplice, si se ha tomado un café en Buenos Aires, si ha amado a alguien con locura o sin ser correspondido, si ha llorado por ese amor. 

Fermina Ponce encuentra poesía en todo lo que la rodea y entiendo el porqué afirma que ‘nació’ en ella. Todo la inspira: un sofá anaranjado, una mirada, un piano, unas mancuernas…sí, ¡unas mancuernas! Comprendo el porqué es tan difícil el género y ser poeta ‘porque no te queda de otra’. Mientras el corazón lata por alguien, la pluma puede dispararse en cualquier dirección. Todo se convierte en un objetivo. Me pregunto que será peor: morir por plomo o morir por pluma.

Fermina Ponce ‘desnuda’ su alma y nos muestra que todo el que ha estado enamorado o está infatuado, padece de lo mismo.

 

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Carolina A. Herrera nació en Monterrey, Nuevo León y se crió en la Ciudad de México. Es Licenciada en Ciencias Jurídicas por la Universidad Regiomontana (1989). Estuvo asimilada al Servicio Exterior Mexicano en los Consulados de Chicago (1991-1997) y Houston (1997-2000) como representante del IMSS. Desde el término de su comisión se ha dedicado a la traducción, interpretación y la capacitación de intérpretes. Vive en Aurora, Illinois, con sus hijos y Chester. #Mujer que piensa, es su primera novela. Síguela en twitter @blondieflowers