El legado anti mexicano de Obama

El legado anti mexicano de Obama

El día del natalicio de Juárez, 21 de marzo, oficialmente el gobierno estadounidense anunció que se llegó a la suma de dos millones de deportados bajo la presidencia de Obama como si se tratara de cumplir una meta. Se logró un récord semejante al número de repatriados durante la Gran Depresión, que empezó en 1929.

Pareciera que estamos ante momentos similares a las repatriaciones de la década de 1930. Históricamente es el referente que tenemos. Las repatriaciones de mexicanos de esa época se dieron a través del sistema ferroviario, y lógicamente dividieron familias. Pero también deportaron a ciudadanos estadounidenses de origen mexicano.

En la década de 1930, Estados Unidos enfrentaba una recesión económica a gran escala y la respuesta fue repatriar masivamente a los mexicanos. En los récords oficiales se habla de dos millones de repatriados.

Durante cualquier recesión económica se busca a un chivo expiatorio. Esa ha sido la contaste en Estados Unidos y en el mundo y el primer chivo expiatorio resultan ser los inmigrantes indocumentados. Así se manifestó durante la Gran Depresión. Actualmente, existen 50 millones de desempleados en Estados Unidos y esta medida de las deportaciones busca reducir el número de trabajadores; por tanto, el blanco son los trabajadores indocumentados.

Bajo la administración del Presidente Obama el argumento principal ha sido “aplicar la ley”, que el propio presidente ha reconocido que no funciona, pero repite que tiene la obligación de hacerla cumplir. (Me recuerda la película …And Justice for All, 1979, en que Al Pacino le dice al juez “You’re out of order!”.) El sistema está quebrado, disfuncional, fuera de orden y el presidente se ha convertido en el Deportador en Jefe y también está fuera de orden.

En Estados Unidos lo que está demostrando es que no hay interés por la justicia, lo que predomina es las política racista y discriminadora, los grandes ganadores son los grupos racistas del Partido Republicano y los sectores conservadores de los Demócratas, así como la sumisión del ejecutivo a la política pública racista e inhumana demostrada en las prácticas migratorias.

El colmo: Obama solicita al Congreso un presupuesto que incluye $2,600 millones para implementar las deportaciones y la vigilancia fronteriza. Lo cual indica que no tiene la menor duda de cambiar el rumbo de la política de deportaciones. Lo cual incrementará la separación de familias, más niños en centros de detención, niños enviados a casas substitutas y la eventual pérdida de sus padres, repatriación forzada de niños ciudadanos estadounidenses.

En una entrevista conducida en Radio Pacífica, Fernando Velázquez me pregunto qué tan posible sería si a los indocumentados los están encarcelando para sacarlos a trabajar por un dólar la hora, como ya lo han hecho con algunos presos que han llevado a trabajar a los campos agrícolas. Los presos que fueron a trabajar bajo este programa simplemente no aguantaron. Aunque es un escenario posible, lo que sí es real es que los centros de detención son negocios de los amigos de los republicanos que se harán ricos, mientras la política de criminalizar a los indocumentados es una constante de la política estadounidense.

La historia de la inmigración estadounidense ha sido marcada por los eventos más bizarros, tales como el acta de Exclusión China de 1882. Y de 1942 a 1948 los japoneses fueron recluidos en campos de concentración en venganza por el ataque de Pearl Harbor, 120,000 japoneses fueron recluidos en ignominiosos campos de concentración. A los mexicanos se les combatió con la Operación Espalda Mojada en 1954, o sea, una segunda ola de deportaciones masivas.

La Operación Espalda Mojada fue una iniciativa de aplicación de la ley migratoria creada por el director del Servicio de Inmigración y Naturalización, Joseph Swing. El programa se llevó a cabo en Mayo de 1954 por Estados Unidos. El Procurador General Herbert Brownell, utilizó tácticas especiales para combatir el problema del cruce de indocumentados mexicanos. Después de la implementación, la Operación Espalda Mojada fue recibida con acusaciones de abuso y de la suspensión de ciertos derechos civiles de los mexicanos que fueron capturados y deportados por la patrulla fronteriza.

Supongo que ahora se llamará “Operación Obama” pues ya se han deportado a dos millones de indocumentados. Esta práctica es la continuación de la política de erigir un muro en la frontera y militarizarla, además de crear una serie de programas que criminalizan a los indocumentados.

Aún con el conocimiento de la historia, pero pensando que posiblemente en el país había vientos de cambio con la elección de Obama, se le envió una carta al presidente con el fin de que decretara una moratoria a todas las deportaciones. Obama nunca escuchó los argumentos. Es ahora en el segundo periodo cuando ya no tiene nada que perder, debería escuchar las opiniones del movimiento pro-inmigrante. Debería otorgar una acción diferida a las personas indocumentadas sin récord criminal y parar las deportaciones hasta que se pueda llegar a un acuerdo en el congreso sobre una reforma migratoria.

Creo que esa es su oportunidad para pasar a la historia al demostrar que fue capaz de sacar de las sombras a 11 millones de indocumentados. Es decir que utilizó su pluma para algo humano y quizás hacerse merecedor del Premio Nobel que ya recibió, por méritos no aquilatados.

A diferencia de otros tiempos, el tema de la inmigración indocumentada entró a la arena electoral y son los Demócratas los que han prometido resolver la situación, no han tenido voluntad política para cambiar la situación actual. Si esa falta de voluntad política de cambiar la situación, se podría traducir en que el voto latino deje de ser para el Partido Demócrata. Entonces, bien valdría la pena pensar en hacer un ejercicio electoral para noviembre y no darle nuestro voto a los Demócratas, por habernos traicionado, claro está. Desde luego a los Republicanos ni de chiste.

Carlos Arango. 

♦ ♦ ♦