El Incas, un bar de encuentros indecisos

El Incas, un bar de encuentros indecisos

El Incas es una nueva obra de teatro presentada por el Colectivo el Pozo y escrita por su dramaturgo en residencia Raúl Dorantes, esta vez llevada a un teatro en el barrio portorriqueño de Humboldt Park, La Casa de Óscar López. La obra nos invita a evaluar temas de aceptación social y personal, también explora la sexualidad de dos hombres que no se animan a aceptar libremente su homosexualidad y cómo sus mentiras afectan su matrimonio y su propia felicidad. La historia gira en torno a cinco personajes, cuatro de ellos en dos matrimonios, donde la mentira de la sexualidad lleva un gran peso específico, y otro más que sirve de eje de la historia, Cata, un travesti dueño del bar El Incas donde ocurren los eventos principales de la obra, y que está sólidamente personificado por Alex Gualino. “Bienvenidas a la capital del Imperio Azteca”, dice la dueña del establecimiento y al principio puede parecer confuso, pero Cata trata de decirnos que sus problemas de identidad han sido superados no sin pagar un precio por eso. Mientras Fernando y Martín, interpretados por Armando Reyes y Nelson Rodríguez, dudan de ser honestos en sus relaciones y sentimientos. Las esposas de ambos, Cristina y Marta (Cruz González Cadel y Guadalís del Carmen respectivamente) luchan por entender la realidad de sus matrimonios, víctimas de las infidelidades e indecisiones de sus maridos, y de sus propios prejuicios. El Incas es un bar donde se puede ver una serie de murales que abraza todo el continente americano, desde el sur de Latinoamérica hasta el Golden Gate de San Francisco. Las historias se reúnen en la ciudad de Chicago y es aquí, en la Ciudad de los Vientos, donde definitivamente deben encontrar una solución.

Es cierto que la obra viaja entre la identidad personal y la percepción social de la homosexualidad, pero también explora la mentira en las relaciones y la aceptación del uno mismo. Cata, el travesti dueño del El Incas, parece ser el único capaz de mantener la cordura emocional porque ha confrontado sus propios demonios. Mientras los otros personajes deben decidir qué hacer con el resto de sus días, y con las sensaciones que los envuelven. Todos los personajes tienen cosas qué decir y qué resolver, a lo largo de la obra conoceremos sus personalidades y conjeturas, que nos darán pistas para descifrar sus pensamientos y predecir, o no, el resultado de sus decisiones.

La sala de La Casa de Óscar López, es un espacio de unas 30 butacas, lo que ayuda a generar un encuentro íntimo con la obra y sus personajes, mejorando la audición y la relación con sus problemas y la intensidad de sus voces.

Dirigida por Juan Castañeda y producida por Nancy García Loza, la obra se muestra en la previamente mencionada sala, que se ubica en 2628 W. Division St, Chicago, IL 60622. La obra se estrena el 10 de abril y se mantendrá en cartel por cinco semanas.

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Fernando Olszanski. Escritor argentino, reside en Chicago. Autor de El orden natural de las cosas y del blog Nuevo ser latino.

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