El ADN del amor, en la profundidad del mar

El ADN del amor, en la profundidad del mar



Mar en los huesos enlaza la sangre, el dolor, la historia y todo lo que se esconde en los rincones de la poesía de Juana Iris Goergen, allí en su mar.

La poesía de Juana Iris Goergen hila, hilvana, se adentra, juega con la lingüística como si fuera plastilina. Es un misterio lleno de finas conexiones, de maravillas desconocidas que sólo podrían compararse con la precisión de la ciencia, con un mundo que vislumbramos y al que no nos hemos atrevido a entrar.

Mientras la escuchaba leer en el pasado Festival del Libro y la Familia en Pilsen, me preguntaba: ¿A quién se le ocurre utilizar un proyecto genético de ADN para crear un poemario? ¿Será que sus musas le hablaron en porcentajes, en mezclas de amor, historia y sangre? ¿Cómo se descubre la calidad genética de la belleza?: “(…) el resultado de mi ADN, presentó porcentajes significantes de material genético de pueblo originario taíno y de material genético africano carabalí…”

Mar en los huesos empieza acercándonos a la injusticia colonial, a la violencia del sometimiento de los indígenas y a la sublevación contra las creencias de los conquistadores españoles de una forma visceral, a través del manejo de la forma modernista poética, perfecta. Y nos lleva allí, a ese instante, en un texto profundo, como cuando las olas rompen con las rocas y no hay vuelta atrás.

 

Kú Templo

VII

“En la plaza de Yara los escombros.
El estupor de los sueños devorados en Caobana.
La espiga mutilada
y la orfandad del fuego en la memoria…”

 

Yo también pienso en mi sangre, en la conexión infinita entre tú, Juana, ese “Pedro” que aún no conozco, el vecino que a veces no nos gusta y el niño que muere de hambre al otro lado del mundo. Pensé también en la profundidad de nuestro propio mar, ese que corre por nuestras venas y que a veces lo vemos enfurecerse como un dios griego en plena guerra de titanes. Ese mar que también nos habla de un origen, de una memoria que hemos olvidado y a la que nos queremos aferrar.

 

Kú Templo

XII

Batú ciba batey/La pelota dura como piedra está en el batey.

“(…) El mar
llevará tu nombre en cada espuma.
La multitud de vivos y de muertos
acudirá con precisión a la razón de tu principio.

En el Batú,
surges desde el fondo de ti mismo…”

 

Mar en los huesos, es la voz del amor, de la sutileza, es un viento viajero que te cala hasta el tuétano, te arrulla y sin darte cuenta te zarandea hasta el llanto. Es el eslabón perdido, la llave que nos conecta con nuestros antepasados, con los sonidos, con los pies descalzos, con la piel tostada, aunque esté blanca o menos clara, ¡qué importa!; es nuestra realidad como inmigrantes, es un llamado a reencontrarnos y a reconocernos, es nuestro idioma y todos los dialectos, es la necesidad imperante de no dejar caer de las manos a nuestros ancestros y gritar su nombre sin vergüenza, sin pudor, finalmente todos llevamos adentro el mismo mar.

 

BAGUA
OMI
MAR
 

V

“En el tercer hemistiquio de la memoria,
Donde guardo la piel de mis ternuras
hay rugidos de mar y osamentas de espumas.

Esta es la certidumbre
todo lo envuelves tú, viejo mar de las Antillas,
todo lo abarcas…”

 

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Fermina Ponce. Escritora. Autora de los poemarios Al desnudo (2016) y Mar de (L)Una (2017), Editorial Oveja Negra. Nominada por el Consulado Colombiano en Chicago al Premio “Los 22 más” 2017 en la categoría de cultura en Estados Unidos. Ha contribuido con artículos, poemas y reseñas en Libros & Letras, revista cultural de América Latina; El BeiSMan, revista en línea cultural para la comunidad de Chicago; Revista Surco, Chicago; Blog “Náufragos en tiempos ágrafos” y la revista digital La indiscreta de la Editorial La Discreta en España.