Cuando uno se encuentra en la frontera no sabe a dónde va a llegar, dónde va a dormir, qué va a comer, cómo va a abrirse camino, cómo se va a comunicar en un idioma ajeno...
El teatro no puede evadirse en este momento. Es como una bisagra que va desde lo que ya no funciona hasta lo que aún está por adquirir forma.
De lo que se perdieron los que no fueron a ver a la chilena Anna Tijoux