Por un año sin nuevos clichés

Por un año sin nuevos clichés

Comienza enero y la familia y los amigos compartimos en todas direcciones parabienes y buenos deseos, desde hace días venimos levantando copas y dando y mandando abrazos por doquier, y en el fondo de la exposición de alegría y cariño, de la parafernalia que hace de la felicidad una esperanza reiniciamos el ciclo de año nuevo, pero no hagamos más expectativas de las que corresponden a este momento.

Así que hey, ya estamos en el 2018, pon los pies sobre la tierra y evita las ilusiones inconmensurables: aquí estamos, aquí vamos: es un año definitorio en la Cosa Política en diferentes países, en distintas regiones, pero señalemos Estados Unidos y México, que son los que nos definen, los que nos significan.

Acá llegan los comicios intermedios, uno espera que sean el punto de inflexión de las deplorables gestiones de Donald Trump; este año estamos ante la renovación de ambas cámaras con la expectativa de que los legisladores demócratas remonten la línea divisoria para ser mayoría representativa de un pueblo que ansía comenzar a edificar un 2020 progresista, renovador, donde se respalden las libertades sociales y, acaso, ¿un juicio de desafuero a Trump? Votar importa.

En tanto que en México ya galopa la carrera (sucia, ruda) por la Presidencia. En la elección del primero de julio se renueva el gobierno, se encarrila el nuevo rumbo del país y hoy más que nunca hay que tener los pies en la tierra. No pierdas de vista las posibilidades reales: ganar, y ganar significa expulsar a los priistas del poder, no dejar que se roben otra elección.

Asimismo, ahora es cuando la sociedad civil se define contra la impunidad, ese monstruo que crece chupando fuerza de la vertiginosa corrupción que corroe todos los ámbitos de gobierno. Lo que aquí se apunta se ha señalado, denunciado, criticado una y otra vez y vuelto a reiterar y no pasa nada. Pese a tanta sangre no pasa nada, los ciudadanos… siguen muriendo asesinados; pese a tanta rapiña detrás de tantos muertos, no pasa nada, “al cabo se olvidan” dicen, “tienen corta memoria” se repiten entre sí, y a eso se atienen al torcer leyes, al no ejercer justicia, al taparse unos a otros y la impunidad… sigue creciendo.

Ya es hora de expulsar a esa punta de gandallas que hacen de las suyas pese y ante tanta miseria; hay que expulsar a esa pandilla de ladrones de los dineros públicos; expulsar a los rufianes que enarbolan la peligrosa ley de seguridad interior, expulsémoslos con nuestro voto. ¿Qué quiénes son los impunes, los holgazanes, la pandilla de ladrones, los rufianes que mantienen al país sumido en esta tenebrosa obscuridad donde prevalece la violencia y sus tropelías? Principalmente son los que viven dentro del PRI, comenzando con Enrique Peña Nieto. No te confundas, ellos han llevado a nuestro país al filo del precipicio… aunque debo apuntar que estamos ya dentro del desfiladero. El reto es salir del desfiladero, salir a votar para deshacernos de todos los pseudopolíticos.

Es preciso cambiar el statu quo que predomina aquí y allá, hagamos del 2018 un año verdaderamente feliz para todos nosotros. Digamos basta, vayamos a votar por nosotros: por ti y por mí, por los hijos y los nietos, por los amigos. Hagamos realidad ese gastado cliché que reza “lo mejor está por venir”, démosle vuelta al volante y enfilemos hacia el cambio. Las elecciones de este año nos significan el futuro, no olvides y avanza, recuerda y vota, o sea no hagamos de esto nuevos clichés. No hay lugar para más confusiones, preparémonos camino al primero de julio mexicano y al 6 de noviembre estadunidense.

 

Raúl Caballero García, escritor y periodista regiomontano, para comentarios: caballeror52@gmail.com