Poesía por Ayotzinapa: Marielos Olivo

Poesía por Ayotzinapa: Marielos Olivo


Imagen: Revolución TresPuntoCero.

Un grito por Ayotzinapa

 

Traga mis frutos
arrebata mis flores
tala mi tronco
amputa mi raíz
¡pero ten miedo de mi semilla! 

Pues el mismo cacao que a mi pueblo alimenta, 
cuando toque tu buche desleal 
sin chistar develará la máscara de tu saliva
y el veneno iniciará un viaje por tus venas; 

pues 50,000 dalias y su colorida danza con la que solidarias
le engalanan la sonrisa a mi pueblo,
sin temblor ensartarán espinas interminables 
en lo más profundo de tu pecho frío y hueco 
y la savia lechosa correra por tus arterias; 

porque ahuehuetes canosos, sabios y majestuosos
que le acobijan la historia a mi pueblo,
sin compasión invocarán rabiosas lanzas familiares
destinadas a tu ombligo
y el moho forjará su guarida en tus intestinos; 

porque la jícama, el camote, la sábila y el epazote
que han sostenido, arraigado y aliviado a mi pueblo,
sin remordimiento entumecerán el movimiento de tus tobillos cobardes
y la artritis a ciegas le hará el amor a tus huesos. 

Pero recuerda ingrato, 
tener miedo de mi semilla
que aún asolada por el rencor,
regada por el deseo incesante de una justa venganza,
aún mancillada por el terror transgénico que le quieres imponer,
mi semilla, amorosa renacerá en la sangre de mi pueblo
perseguido ayer herido hoy,
solo sus manos agrietadas son portadoras de un bálsamo
generoso como el que más,
el único capaz de sanar nuestros dolores
responsabilizar a nuestros agresores 
¡y reencarnar mil veces más en nuestras Escuelas Normales!



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Marielos Olivo (diciembre 1977), lesbiana feminista salvadoreña, amante de la palabra hablada, formada en la escuela de mi abuela, mujer negra ciega con una profunda habilidad para pintar imágenes/texturas/sabores con su voz. Desde la adolescencia participo en batallas campales en las que la palabra es el único recurso para resistir, mi contrincante favorito: un padrastro astuto y encantador, hábil para reconstruir recuerdos y devolverlos renovados. He ganado (creo firmemente) el amor y son/risas de amigas y desconocidas que sin saberlo muchas veces, han sanado mis heridas.

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