Poemas de Oriette D’Angelo
Leucemia
Te dicen que tu madre morirá
te sientan en las piernas del sustituto y te explican
que tienes que ser fuerte
que los huesos comerán su carne
y su pelo caerá.
Te dicen
que todo estará bien
y te colocan frente a la mesa de los rezos.
Jugo de remolacha
(para prevenir destinos
no activar genes enfermos
—que ya tienes—
para que apretar los dientes
no duela tanto)
y tu madre encerrada espera que entiendas
que te quiere
que no te deja, aunque tengas ocho años
aunque no sea ella la que te explique
cómo se es mujer.
Y tu madre no muere
vive y canta y sueña y tiene el pelo largo
y se casa de nuevo y tiene un perro y se gradúa contigo
trabaja y compra regalos
regaña y aconseja
es fuerte y sangra, llora y se decepciona
y tu madre vive
te lo dicen varias veces
y vive
pero en el momento en que te explicaron
cómo se vivía sin ella
∴
Suena Caracas
Caracas, nombre propio
ápice de lodo
seis punto siete de último temblor
Ciudad-país de ritos mortuorios
ritos que alcanzan todas las esquinas
Aplauso hacia sí misma adentro
tu soledad de calle adentro
tu última nación
Suena hijo en hospital
Suena dedo rozando basura
Suena grito/callejón de sangre
Suena estómago vacío
Suena llanto de padre asesinado
Suena ¡boom! disparo en cara
Suena ¡boom! disparo en tórax
Suena hospital lleno de niños
llorando suelo lleno de niños
llorando morgue llena de madres
Suena ¡boom! amigos muertos amigos
con el pecho lleno de metales
Suena la tarima la mentira
de una máscara-canción
Caracas, rugido de leones
que no llegan a otros mundos
ciudad-orgullo de creerse todo
sin pronunciarse de verdad
sin creerse de verdad
sin decir en voz alta lo que somos porque no
lo aguantamos
Ciudad que suena
y grita fuerte hacia un público
tieso que no aplaude
Somos Caracas
y aquí hacemos una fiesta
para tapar el sonido de los muertos.
∴
Resistencia a la insulina
Pronto olvidarás que también eres agua
Chamuscarás tu lengua morada
mientras masticas el dulce
No querrás beber la pasta naranja
que te seca los labios y te revuelve el estómago
Te dirán que repitas el ciclo
una y otra vez
mientras te pegan el brazo a la mesa de las inyecciones
Aguantarás una aguja
dos
tres
[la pasta naranja se mezclará con tu sangre y dará el diagnóstico]
Pensarás en el antecedente:
el abuelo diabético que te dejó esta herencia
el pretexto que busca el dulce para ser ansiolítico
la excusa de los doctores para extraerte plaquetas.
¿Qué hacen con la sangre que sobra en los tubos de ensayo?
¿A dónde van a parar esos pequeños agentes
portadores de nuestra historia?
¿Dónde se nos olvida o se nos ubica?
¿Se nos desechan los genes
como muertos apilados en el cementerio?
¿O se conservan para herencias vivas
en gavetas de enfermeras?
El mundo se llena de nuestros tubos de ensayo
somos también sangre fría y congelada
portadora de enfermedades y de identidad genética
nadie igual a nosotros
todos iguales en los tubos
Venimos arrastrando el tipo de sangre de otro
mezclado con el otro
para ser otro
Sólo nos diferencia la enfermedad que escogemos
y la que nos imponen.
∴
Oriette D’Angelo (Caracas, 1990). Editora y fundadora de la revista literaria Digo.palabra.txt (www.digopalabratxt.com). Columnista de la Revista Philos. Autora del poemario Cardiopatías (MonteÁvila Editores, 2016; Premio para Obras de Autores Inéditos, 2014). Seleccionó y prologó la antología de poesía venezolana Amanecimos sobre la palabra (Team Poetero Ediciones, 2017). En 2015 obtuvo el segundo lugar en el I Concurso de Crónicas de la Fundación Seguros Caracas y en 2016 el tercer lugar en el Concurso Iberoamericano de Poesía Letras de Libertad de Un Mundo Sin Mordaza. Sus poemas aparecen en diversas antologías publicadas en Venezuela, Argentina, México y Ecuador. Administra el blog personal http://www.oriettedangelo.com. Actualmente estudia una maestría en Comunicaciones Digitales en DePaul University (Chicago).