Eruviel Ávila: El Ogro Filantrópico en la Academia Benito Juárez

Eruviel Ávila: El Ogro Filantrópico en la Academia Benito Juárez

El concierto está programado a las 6:30pm. A las 6:10 el auditorio de la Academia Benito Juárez todavía se encuentra semi vacío, que no es lo mismo que semi lleno. La información del concierto —escasa por cierto— comenzó a circular apenas hace unos días. ¿Pero cómo? ¿Si es la orquesta del Estado de México y nada menos que bajo la conducción del maese Enrique Bátiz?

No solo ha sido un acto mal publicitado sino mediocremente organizado. Al llegar al auditorio me sorprende que no haya un programa impreso. No sé por qué intuí que sería un programa de música mexicana; tal vez Chávez, Blas Galindo, Ponce, Moncayo y hasta imaginé “Esquinas” de Revueltas. Y sí, habrán de interpretar música de todos ellos, excepto Revueltas. Incluirán también el “Danzón No. 2” de Arturo Márquez. 

Seguimos esperando a que el Ogro Filantrópico del Estado de México llegue al auditorio y la orquesta pueda comenzar. A las 6:20 las butacas siguen ocupándose lentamente. Como todo acto de campaña electoral, las filas de adelante están reservadas para los cortesanos del Ogro en turno. Las siguientes hileras corresponden a los acarreados de las organizaciones de oriundos que quieren tomarse una foto no con el maese Bátiz sino con el Ogro de “las chapitas”, producto no de un exceso de maquillaje de alguna televisora sino de las temperaturas extremas bajo cero.

A las 6:30 en punto, algunas tribus de porros culturales comienzan a silbarle al cácaro de la batuta, pero todavía hay asientos vacíos tanto arriba del escenario como abajo; los cortesanos suben y bajan del escenario, empujan con grandes esfuerzos un mamotreto cubierto con una sábana carmesí de satín u otro material fino para la ocasión. Sin duda, es algún regalo del tlatoani filantrópico del Estado de México para sus vasallos en Chicago.

Las cámaras de los medios de comunicación han asistido puntualmente; supongo que esperaban capturar el breve cacareo en español del gobernador Patrick Quinn. ¿A qué periodista que se considere serio le puede interesar la presencia del gobernador del Estado de México, Eruviel Ávila Villegas quien ha venido a Chicago por dos días a inaugurar la Casa Estado de México?

Por la mañana, haciendo uso de la palabrería priísta, propuso trabajar temas en común con Illinois, tales como asuntos ambientales y de intercambio comercial y académico (¿la inmigración y la inseguridad?, tal vez quedaron fuera del tintero).

Además de empezar una campaña presidencial al estilo Peña Nieto, Eruviel Ávila ha venido no solo como gobernador de un estado sino como vocero oficial del salinismo o del grupo Atlacomulco (que no es lo mismo pero es igual). En la nueva Residencia declaró: “en México se han aprobado reformas que durante décadas habían estado ahí paradas, que nadie se había atrevido a impulsar; con esas reformas México se está moviendo, todavía falta por hacer, hay que terminarlas, vienen leyes secundarias, y les comparto que estamos muy contentos por lo que está pasando". Supongo que ha venido “loco de contento con / su cargamento / para la ciudad”.

Mas detengámonos aquí ante lo que dijo. ¿Está muy contento por lo que está pasando y qué pasa en México o más específicamente en el Estado de México del cual es gobernador?

El Universal ha reportado que dicho estado “es una de las entidades en donde más se registra la operación de organizaciones delictivas de trata de personas”. Y no podemos cerrar los ojos ante otras noticias sobre el Estado de México: 7 millones de pobres; 52% de incremento de secuestros en este sexenio; criminalización de las protestas del magisterio; y según el Inegi el ataque contra la mujer mexiquense se ha incrementado (82.5% de las mujeres que han sufrido violencia ha sido de una manera “muy grave, pues incluye ataques sexuales y con objetos que hacen peligrar la vida”).

Eruviel Ávila, al igual que otros políticos, sabe que las comunidades de mexicanos en Estados Unidos recobran cada vez mayor importancia en la política nacional (voto en el exterior, envío de remesas, el programa 3 x1, etc.). Es por eso que ahora, entre los mexicanos radicados en Chicago, se encuentra el gobernador Eruviel Ávila promoviendo su imagen presidenciable. No nos extrañe que en pocas semanas esté por Los Ángeles, Houston, Nueva York o Whoknowstitlán.

El nuevo PRI resultó ser el viejo PRI y ahora cual virreinato colonial se propone recuperar todo. Y el gobernador mexiquense Eruviel Ávila es uno de los que han encarnado la metáfora acuñada por Octavio Paz: “el ogro filantrópico”: el sistema político que trata bien a los súbditos a cambio de apoyos o favores.

En esta primera visita oficial al estado de Illinois, acompañan al gobernador, además de su hija, el rector de Noséqué Universidad, el distinguidísimo Secretario de Comercio, fotógrafos oficiales y un largo séquito de escuderos y heraldos en busca de favores políticos-comerciales y bendiciones del patriarca, y 70 músicos de la Orquesta Sinfónica del Estado de México. Desde luego, es un honor tener en la Academia Benito Juárez al maestro Enrique Bátiz y a la orquesta que preside, ¿pero al Ogro Filantrópico? No nos extrañe que muy pronto sigan su ejemplo los gobernadores de Chiapas o de Puebla, "usando" la cultura para promover su imagen en su búsqueda por la Presidencia.

A las 7:10 entra una manada de funcionarios públicos y no tan públicos, en la solapa todos con una aguilita entumida por el frío, celular en una mano y portafolios en la otra. El concierto ahora sí está a punto de comenzar y el cácaro porro vuelve a silbar y a gritar, bien sabe que ahora sí lo escucharán otros tantos más: “¿a qué horas?” El maestro del oboe ya comienza a cabecear, tal vez por el cansancio del viaje, tal vez por los años, tal vez por la desilusión de que el recinto nomás no se haya llenado ni con los acarreados. La chica de la viola afina y afina, no le queda de otra, está en primera fila y el concierto ya tiene más de media hora de retraso.

A las 7:23:17 casi todos los dignatarios que tienen que estar arriba del escenario se hallan efectivamente arriba del escenario. Desde las butacas no se alcanza a ver si se echaron un volado para saber quién hablará primero. Palabras más, palabras menos de bienvenida, discursos vacíos, palabras huecas, pero le ha llegado su gran momento al Ogro Filantrópico, es hora de develar el regalo que trajo a Illinois y que han mantenido cubierto con la bata escarlata. ¡Eureka! Una campana, réplica de la que el Cura Hidalgo empleó la noche que llamó a independizarse de los gachupines. Después de tres intentos, por fin logra sacarle un pobre gemido. Lo cual me hace volver a la metáfora que emplea Paz en El ogro filantrópico, el párrafo en el que recuerda a Pereyra y define a la pobreza del Estado mexicano, consecuencia de la pobreza del poder político, con su pobreza intelectual y su falta de humanismo. Esto se vuelve a percibir en el discurso del gobernador Ávila, quien se dirige a la audiencia como si se tratara de niños de cuarto de primaria. Esa es la idea que tienen de los inmigrantes en Chicago.

A las 7:37 a punto de empezar el concierto, los "dignatarios" quedan infatuados por la oquedad de sus discursos y se olvidan de presentar al maestro Bátiz. Bajan a sus aposentos y se entrgan al deleite y maravillas que ofrece el smart phone. Es después del intermedio que Álvaro Obregón toma la iniciativa y da la bienvenida al conductor Bátiz y el maese busca al gobernador Quinn para dedicarle una marcha, pero solo encuentra la butaca vacía. No importa, aún así al final le dedicará una marcha a su espíritu. La Orquesta Sinfónica del Estado de México ofrece un repertorio de música mexicana ejecutado con entrega admirable. El maestro Bátiz, además de tener un gran sentido del humor, está soberbio. El Danzón No. 2 lo ejecutan con excelsitud. Quizá sí le tengamos que agradecer a los contribuyentes del Estado de México, pues gracias a sus impuestos podemos apreciar un concierto de primer orden. 

Eso sí, al Ogro Filantrópico encarnado en Eruviel Ávila Villegas habrá que preguntarle cuánto se gastó en este viaje para proyectar su imagen presidencial y haber dejado al descubierto su escasas neuronas de estadista.

Fraky Piña. Editor de El BeiSMan.

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