El edificio: ¿construir historias o destruir sueños?

El edificio: ¿construir historias o destruir sueños?


Herminia, Paula Aguirre, y Lucky, Carolina Rodríguez en El edificio. Foto: Mario Torres

Mientras la gentrificación carcome las historias de los barrios, El Edificio puesto en escena por Colectivo El Pozo vivifica a sus personajes desde los escombros del olvido. A través de los espejos del éxodo, seis escritores de Chicago y nueve actores de distintas nacionalidades abordan la experiencia migrante. Una vez más, el conjunto de teatreros aglutinado en torno al dramaturgo Raúl Dorantes se ha reapropiado de las voces migrantes para invitarnos a reflexionar sobre un hecho imparable como la demolición de un edificio en algún barrio de Chicago, el cual revela aquellos fantasmas rememorados por la actriz argentina Paula Aguirre cuyo papel como Herminia hila excelsamente las experiencias de cada inquilino, que ha brincado como chinche de su libreta y cayó en Citlalin Gallery —el escenario más apropiado en Pilsen para este avance de la obra completa que se estrenará en la primavera de 2018.

La mayoría de los actores llegaron a este escenario con la necesidad de exorcizar sus propios fantasmas como inmigrantes. Sus actuaciones no son perfectas, pero sí conmovedoras. Por un lado, Herminia, la portera del edificio, nos transporta a una Argentina que muchos sólo conocemos en espíritu, haciéndonos sentir “a media luz” con esas memorias de su arribo a una ciudad tan ajena sin el calor porteño que seguramente añora. Tal como se va derrumbando el edificio, así su frustración de no haber llegado a ser una escritora completa. Inquilinos como la Campamocha, una boxeadora interpretada por la actriz colombiana Andrea Leguizamon, o Luqui, interpretado por la argentina Carolina Rodríguez, nos recuerdan la importancia de mantener un equilibrio en los escenarios para poder otorgar una visión más amplia de la mujer y sus luchas. Pese a los fracasos, ambos personajes mantienen el coraje y la valentía para continuar sus vidas.

Por otra parte, la representación de la comunidad palestina y del este de Europa con los actores Armando Reyes, Yazan, y Armando Villegas, Andy, llegan a recordarnos la riqueza multiétnica de la que formamos parte, nuestras similitudes y cosmovisión. Y además, nos hace cuestionar la falta de sensibilidad de las políticas de un país que erige muros. Y como homenaje a los nadie, encontramos guiños a la desaparecida Casa Aztlán, a la comunidad indígena con el papel de la actriz peruana Claudia Urbano, La India, a las lenguas madre como el quechua a través de la voz de Miguel Marzana. Y claro, el humor es preciso con ese toque mexa con Juanjo López como Amadeo y la impecable adición de una chinche interpretado por José Rochel. El escenario es una vez más un lugar para la catarsis, personal y colectiva, ¿construir o destruir?

Rocío Santos. Productora, conductora y curadora de música en Vocalo 91.1FM (Chicago Public Media). Cada miércoles cede al rock’n’rol como co-presentadora del programa especializado Rock Sin Anestesia en WLUW 88.7FM. También es podcaster y a veces se engancha a la pluma y al papel.