DE: ‘Requiem al sueño americano’
Elsa Muñoz: de la serie Cada cabeza es un mundo, óleo sobre lienzo, 2016.
(Fragmento)
La libertad sin igualdad es una mentira.
—Roque Dalton
Para ir sacudiendo con la palabra escrita, los poetas, circundan lo perdido:
Entre idea e IDEA entrelazadas
en trabazón interior nos ha atrapado el Sueño
que se extiende desde lo breve hasta lo infinito.
—Cara es la libertad. Caro es su precio.—
Una vez por semana o cada mes o cada quincena
asalariados
unos dólares o un cheque
sin fecha de tirada y año y número y país
para vernos como somos
asalariados
boricuas o chicano-riqueños
o mexicanos o cubanos o dominicanos
o sur o centro americanos
o antillanos —asalariados—
dejando caer mayúsculas historias de cruces y llegadas,
que oscilan entre la ilusión y el miedo,
culminando en un sueño, que es la nada en cada calle,
en cada esquina de un suspiro
en la angustia de un pueblo membretado
contra un muro de piedras o de agua o de aire —poco importa—
pues no hay más que años y cruces,
en un rastrear sin pausa, de recuerdos que se nublan, en medio de una puerta que define la angustia:
—“Vengan a mí los pobres de la tierra,” —pero no los originarios de otra América—
Esos asalariados por entresueños lúcidos
por los hijos, por las hijas,
por sus cuerpos intactos silbando melodías
inventando pájaros
dibujando otros sueños
otro verano y otro cielo distinto al de estos días.
Para que sus hijos no conozcan las heridas más hondas de este sueño
su silencio infinito que enciende en fuego nuestra propia sombra
y lloramos y cantamos y trabajamos sin cesar
para que el sueño sea de todos
para que el canto sea de todos
en tu garganta
en mi garganta
diciéndole a la vida que existimos
que no es fácil despertar cada mañana cuando el frío se encoge y nos aprieta
pero despertamos
por el costado izquierdo de la vida.
Doblados hacia adentro sobre estos mismos huesos
la piel como mortaja, la sangre en nuestras venas
diciéndole a este suelo que existimos
por los hijos, por las hijas
por su sueño como un ancla amarrando los huesos
taladrando las carnes
nivelando la sombra
asalariados.
—Cara es la libertad. Caro es su precio.—
Aquí no habrá mar ni tierra que nos trague
flotaremos callados
se gastarán las alas sin rosa de los vientos
por tantos hombres y mujeres y niños volviendo hacia sí mismos
porque el tiempo no espera al que se ha ido
ninguna pista azul
ningún troquel de beso,
sus huesos han partido como un casal de pájaros
sus reflejos oblicuos tan hondamente idénticos
el mismo idioma y las mismas palabras repetidas
los gestos siempre iguales
“refugiado, exiliado, mojado, spik, inmigrante” —da lo mismo—
ese ademán de “adiós” todos los días, de amar siempre sin tregua
la espera en la constancia ensombrecida
de un sueño atroz —muriendo— como un lirio en lejanía.
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Juana Iris Goergen (Puerto Rico). Poeta. Profesora de Literatura Latinoamericana en la Universidad San Vicente DePaul en Chicago. Es autora de los poemarios Nosotros los otros (1996) Between the Heart and the Land/Entre el corazón y la tierra (2001), y Generación (2001), entre otros.
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La poeta Juana Iris Goergen participará en la lectura Resistir para resistir el primero de abril de 2017.